Prometo portarme bien y dedicarme a lo mío:
A la escuela,
A los burros,
Y de vez en cuando forjarme un cigarrillo en papel de canola.
Prometo hacer los quehaceres del hogar,
Para que a la hora de follar
Las cucarachas no se escondan entre mis calcetines
Y las notas de desalojo.
Prometo también limpiar la alfombra
Y enseñarle a ladrar al perro,
Pues el no sabe.
Yo lo hago a diario
A conciencia y a perfección.
Prometo no morderlo,
Puesto que ya traigo la rabia
Y a veces se me des balancea el termostato
Y quemo el pan en mi ombligo.
Prometo no meterme nada en la nariz,
En especial los polvos blancos acidulantes que me traen los camellos.
Los elefantes que me hacen ver se parecen a una luna pero sin queso.
Prometo no prometerte mas promesas
Porque siempre al final acabo con otra en el colchón
Y mi bata desatada,
Con la colilla humeando en la boca
Y descubriendo que volví a hacerlo sin protección.
Tendré que echarla del hogar
Antes de que la prueba le haga saber de su concepción.
Prometo algún día responder
A todas tus llamadas.
Pero recuerda que no tengo palabras
Si me hablas de amor.
Yo solo ando buscando donde forrar
A mi único amigo,
Entre humedad y calor.
jueves, 4 de marzo de 2010
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jajajaa wow, wow ME EN-CAN-TO! :D
ResponderEliminarbuenisisisimo!!! (YYYY) jaja un abrazo para ti: )
La parte de los elefantes me hizo imaginarme la escena de Dumbo cuando se emborracha...e imaginarte a ti en esa escena me dio mucha risa, aunque la risa no tendría que ser parte de tu relato (pero ahí está).
ResponderEliminarI like it