Donde tu vives yo muero .







viernes, 12 de marzo de 2010

El barrio no olvida ...

Este texto es tarea de la materia Medios impresos x)



La condescendencia del sol a nuestra especie es visible cada mañana. Son las ocho treinta y el apenas se digna a aparecer y dejarnos saber que aun existe, que no se ah ido. Un nuevo día es alusión a esperanza, a incertidumbre, a un salario para cubrir el mínimo de tantas necesidades a las cuales nos ah incluido arbitrariamente el capitalismo y el confort social.
Desde el boulevard se aprecia como bajan las señoras, amas de casa, a trabajar en las tiendas “coppel”, “acá sí” (esto lo sé con certeza por el uniforme que visten) otras mas a limpiar casas o a la panadería. El frio no es obstáculo que las detenga, así como los desvelos que les lleva como premio el ser cabeza de familia en muchos casos.
Sobre el asfalto se encuentran trabajando aun los albañiles, la CEA y el H. Ayuntamiento de Guaymas, (la h es por mudo, no por honorable). Hace mas de tres semanas que las tuberías colapsaron y es hora que no pueden reparar el daño que causan los malos trabajos en obras públicas, los malos materiales a precios de locura.
Tienen la mitad de esta arteria en el quirófano, desde la antigua carnicería “saldamando”, hasta el monumento a la bandera.
No muy lejos, en la esquina donde el semáforo dirige el tránsito con sus luces navideñas, a la intemperie de una casa de cartón descansa “el pirata” con sus dos hijos. Algunos le dicen “pirrata” haciendo alusión a su oficio con fervor. Sus hijos (de una misma madre, dos padres) viven sin educación, en la calle, inclusive uno de ellos no tiene acta de nacimiento. Viven del poco fierro viejo que recolectan y venden, del aluminio, del hurto. A todos les parecen las sobras de la sociedad, pero nadie apoya, nadie se mueve.
Doblando por la brecha, se encuentra “el barrio “. Aun se puede escuchar el repiqueteo del balón de básquet, de cuando instalamos un aro en un poste de luz para hacer un poco de deporte. La esquina donde nos sentábamos a escuchar música de rock, con “El pedro”, “ el tokes”, “el hasve” Q.E.P.D, “el pailin” Q.E.P.D también. Ellos fallecieron hace casi ya tres años en un accidente automovilístico. El “tokes” ya casi significa lo mismo para su padre, ya que nomas sale del centro de rehabilitación para volver a entrar. Parece que ahí le gusta estar.
Las llamadas “pintas” que realizamos en las bardas, curiosamente nombradas “placas” o “rayones”, tienen mas rabia que aerosol en cada trazo. Es solo para demostrar que no nos controlan, que somos punto y aparte, disidentes de su dolce vita.
Todo eso es aun tangible, mientras los mismos vagos dedican su vida a trabajar, a estudiar, a drogarse, a ser padres de familia o pelearse con los del barrio aquel.
¿ Y que se puede ocultar de esta colonia? No se puede pasar en automóvil intentando obviar a Don Cutberto, el vendedor de recogedores que toda la mañana se la pasa recorriendo Guaymas para ganarse el pan. Si alguien se atreviese a extenderle una mano en tono dulzón de ayuda, el se siente atacado, menospreciado, y lo rechaza totalmente. Es la verdad de sentirse solo y sin rumbo fijo.
En las casas los jardines bien estilizados; los perros guardianes de el bienestar de la familia; los dos autos en la cochera; los timbres para poder asomarse a la mirilla y ver a “¿Quién será el que toca?”; las veladas diurnas y sus fiestas familiares negando la realidad que se vive.
En la calle esta la guerra entre el hambre y la vida; el trabajo; la cocina; el humo negro y las aguas prójimas del humo; están los niños y sus juegos; también en la calle esta todo lo que recuerdo y que ahora abandone para buscar mi camino.
Ahora se sabe que el sol se asoma para dejarnos ver las sombras, que es lo único que nos acompaña.

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