Donde tu vives yo muero .







martes, 16 de febrero de 2010

Unico en su especie

Cuento para el taller
"la sombra de los perros"







Pobre del pobre que al cielo no va…
Chilaquiles aquí, chilaquiles allá.
-Padre Álvarez-




Que asco me dan esos que creen en que todo esta como lo dejo Jesús al partir. Uno nunca se pone a pensar en como haremos para podernos domar, somos tantos. Creemos en las mono-gamias, somos monó-tonos y mono-teístas, habiendo tantos dioses. Creo que sí somos descendientes del “mono”. Por eso yo zarpe en busca de mi liberación, que le jodan a los demás, tanta bazofia que se meten, esas revistas del corazón y sus zapatos de catalogo. Fui un guerrillero de los buenos. Nunca me dividí en ningún bando. No era enemigo ni amigo del prójimo, yo veía por mi futuro y el de mis botas.

Siempre había un estúpido sentimentalista tirando en el suelo, acribillado y sangrando por sus aun humeantes agujeros.
- ¡ayuda!- gritaban acartonándose en el campo de batalla, anteriormente llamado calle.
Yo solo sabía darles mi mano de plomo, era la única ayuda que recibían de mi parte. Así, sin pena ni gloria continuaba mi camino… el del hombre solitario. Es que de joven comencé a ver lo que en verdad era importante para mí:
Escuchar una guitarra armoniosa con un buen canuto, escribir poesía de la verdadera, esa que te hace querer vomitar por su veracidad y fortaleza, además de trabajar.
Yo siempre fui un joven trabajador, hice de todo, pero lo que mas me gustaba era ser hombre pared. Mi cuerpo estaba siempre lleno de cal; cemento en mi camisa de franela; pintura en mis botas de trabajo; mi gorra llena de sol; mi cara que escondía una resaca entre la sombra de la visera. Encima de todo esto llevaba varillas al hombro.
Ellos no sabían apreciar el arte de un buen albañil, solo pagaban al terminar de construir edificios. Solo calculaban cuando uno les da la lista del material que se ocuparía. Esto me irritaba, y mi estado de ánimo pasó de ser neutral a la rabia.
Esto fue lo que detono mi bomba interior. Tome un arma, muchas municiones y salí a la calle a liberar personas de su tan estupida vida, de la hostilidad que nos rodea y toda esa mierda color de rosa que nos prometen y termina siendo mas que una alucinación barata, como las que representaba steven spielberg . Si bien yo no soy un extraterrestre en busca de paz ni un jinete del Apocalipsis, pero me sentía irritado, muy irritado, al borde de la locura.
Es que el gobierno del cambio bombardeaba diariamente con su lucha contra el narco. Es que el PRI robaba a diestra y siniestra sin ser colgados de los testículos. Es que Ricardo Arjona pasó a ser un dios para la cultura de los televidentes y tantas personas que quieren encontrar una aventura sin correr riesgos. Los edificios grises, los bancos retacados de dinero. Pagar la renta una vez al mes y comer tres veces al día. Tener un día de descanso donde todo esta cerrado y los parques están abarrotados de niños en un eterno estupor que es el regocijo de un globo colorado y sus padres maniatados a un teléfono celular y un refresco de dieta.
Sinceramente esto me dio miedo. Mucho miedo. Pensé que yo también me convertiría en otro enfermo mas, que viviría como ellos. Sentía que esto era el infierno, y si no lo era se le asemejaba.
Entonces yo baje con mi arma y comencé a aniquilar demonios. Algunos pequeños; otros viejos; otros mas lloraban.
No me tocaba el corazón ante ninguno.
Una vez consumado el acto de liberación decidí partir de la vida rutinaria que llevaba a una más especial.
Me alimento de su basura, vivo a tres cuadras del río y me gusta la vista que tengo desde aquí. Se ve todo el infierno.
Aquí ya nadie me molesta, salvo un cura que a diario pasa frente a mí y me dice:
- arrepiéntete de tus pecados hijo- en tono de sermón.
Yo no tengo tiempo para eso. Después de todo lo que sufrí, aun tengo que esperar el castigo de los dioses.

1 comentario:

  1. wow, wow, wow.. me ha encantado.. aunqe lo que dices es mas que obvio y reflexivo. en fin un abrazo : )

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