El brandy del bohemio

Camisa, guitarra y folio,
Apostándole ala suerte cada paso.
Salgo de casa con sonrisa y alta cabeza.
Se que solo pisaré certeza sobre el suelo húmedo.

Hundo mi cruz en la banca de un parque,
Ahí comienzo a recitar mis maravillas.
Fabulas que pille de niño
De alguna narrativa de un cuento colorido.

Degusto el sabor de polen veraniego,
Mis piernas piden unos bermudas color ocre,
Pero mi oficio bohemio pide no verme tan mediocre.
Soy cultura y vida efímera,
Más verde que el césped
Pero ahora ¿quien se preocupa cuando mi cara esta detrás del revolver de la justicia?

Y es que si de anécdotas vamos a hablar
Una vez alguien me dijo que hasta la muerte me iba a cuidar,
Acabo cediendo al paso del tiempo,
Sediento me dejo, sin jarrón de ron
Entre ansiedades y envolturas de cacahuates
Sobre los escalones de aquel kiosco
Símbolo de libertad,
Insignia de la patria,
Pero creo que de la aria
Pues no aceptan inmigrantes en la tierra en que crecí.
Mejor dicho,
Si los aceptan.
Son mano de obra barata,
Sus mujeres entretienen a los soldados,
Sus niños están en la edad de ser entrenados
Para morir como carne de cañón
Para una nación a la cual
Ni siquiera les costo un kilo de azúcar
Sus primeros años de vida.

Ah que vidas que veo y que vivo
Ah que vinos que obvias y bebo.
Ah que políticos tan prolíferos que dicen ser, pero solo son eso.
Ah que mendigos tan conformistas ante tanto asesinato.

Me desato las agujetas
Observo un rato más el cuadro de la ciudad.
Un gris aquí, un rojo haya.
Un rosa que es victima de un café con silbato.
Un verde que se va perdiendo por un negro humo.
Purpuras con cruz en pecho que no hacen más que prometer
Reinos muy lejanos.

Todo esto para mi es mierda.
Mierda junto con su gobierno del cambio,
Junto a su bandada de rojos y de dizque izquierdistas.
Por es yo fumo y bebo,
Recito y canto,
Camino sobre los valles y parques.
Ando de aquí para acá,
Transeúnte subterráneo,
Volador inestable,
Inalcanzable y distinto.

Es por eso que me vez ciego y borracho
Hasta la camisa manchada llevo,
El saco roto,
Pues ahí es donde eche las promesas de la juventud.
Solo trabajo con mi cultura y un sombrero
Donde depositan dinero
Sin interés alguno.
Trabajo de noche a día y de sol a luna,
Juntando una fortuna para comprarme un ataúd digno,
Uno en el cual quepamos mi guitarra,
Mis hojas, mis versos,
Mis cantos y mis blasfemias.
Pero un ataúd con un agujero,
Para dejar escapar los sueños
Que en saco roto eche.

No dejare que me coman los gusanos,
Antes yo me los comeré.
Y si la vida fuera otra cosa
Y no esta,
Estaría entre las nubes con tu nombre en mi pecho
Besando las rosas sin pincharme con espinas.
Estaría siendo otro tonto poeta de boina
O un administrador de oficina.